23 F. Preludio III

- 22 de Enero de 1981 -

En plena crisis de autoridad del gobierno Suarez, el Rey presiona al máximo para que el general Armada, su mano derecha durante 25 años y que había sido alejado del monarca por Suarez vuelva a Madrid. Desde este puesto de 2º JEME tendrá un lugar privilegiado durante el golpe del 23-F.

La postura del Rey en este asunto tiene cuanto menos dos puntos bastante comprometidos:

- ¿Porque empeñarse en traer a Madrid a un enemigo jurado del presidente cuando este se encontraba en una situación tan delicada?
- Y lo que parece más increible ....¿precisamente Armada para ese puesto cuando llevaba ya cierto tiempo sonando como posible presidente de un gobierno de concentracción? ¿Era esta la manera de ayudar al presidente democraticamente elegido por el pueblo español?

De esta manera lo cuenta el historiador Paul Preston en su no precisamente crítica biografia "Juan Carlos. Rey de un Pueblo".

"El hecho de que Juan Carlos quisiera que Armada fuera trasladado a Madrid dio credibilidad a lo que este había dicho a Milans (se refiere al apoyo real que Armada le había comunicado). Habiendo alcanzado recientemente el grado de general de división, Armada tenía motivos para aspirar a ser segundo jefe del Estado Mayor del Ejército. Sin embargo, el 22 de Enero, cuando Juan Carlos propuso a Suárez el nombramiento de Armada, surgió una seria discusión entre ellos. Debido en parte a la acritud de sus anteriores choques con Armada y en parte a los rumores de la llamada "Operación De Gaulle" (golpe blando con gobierno de coaliccion presidido por un militar, el militar que mas sonaba para este puesto era precisamente Armada) , Suarez se oponía a un nombramiento que proporcionaría a Armada el control efectivo de los servicios de Inteligencia Militar. Defendiendo con vehemencia a Armada, prevaleció la opinión del Rey. Era extremadamente infrecuente que Juan Carlos interviniera de este modo, insistiendo en un determinado nombramiento, lo cual revelaba la gran estima y afecto que sentía por Armada, cin quien seguía uniendole una estrecha amistad. Es también probable que, circulando los rumores de golpe de Estado, quisiera una persona de su confianza en Madrid (no parece muy buena idea acercar y promocionar precisamente al general que sonaba fuertemente como posible presidente de un gobierno de coalicion tras el golpe blando, a no ser, claro está, que apuestes claramente a esa opción). Su alegría por el nombramiento de Armada se manifestó cuando insistio en comunicárselo personalmente."
Paul Preston. Juan Carlos, Rey de un Pueblo. Plaza Janés. 2003.


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23 F. Preludio II

- Finales de 1980 -

El gobierno Suarez se tambalea. El malestar militar por la política autonómica y las acciones terroristas junto con las luchas intestinas de su propio partido están debilitando la posición del Presidente del Gobierno.

Como posible solución lleva tiempo sonando el los ambientes políticos un posible gobierno de concentración que estaría presidido por un militar. El militar que más suena es Alfonso Armada. Enemigo jurado de Suarez y el colaborador más cercano al Rey durante 25 años.

El rumor era tan fuerte que hasta quien normalmente es el último en enterarse, es decir, el interesado, lo sabía en el mes de Diciembre.


Así lo cuenta Fernando Alvarez de Miranda en su libro de Memorias:

"Le reiteré, finalmente, que, en mi opinión, la situación estaba muy mal, que se habían encendido hace tiempo las señales de alerta para la democracía y que no teniendo mayoría absoluta en el Parlamento, debía buscarse la coalicción con el partido de la oposición. Me miró con tristeza, diciendo: "Si, ya se que todos quieren mi cabeza, y ese es el mensaje que mandan hasta los socialistas: un gobierno de coalición presidido por un militar: el general Armada. No aceptaré ese tipo de presiones aunque tenga que salir de la Moncloa en ataúd".
Fernando Alvarez de Miranda. Del contubernio al consenso. 1985.


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23-F. Preludio I


-31 de Octubre de 1977-

Suarez fuerza la salida del general Alfonso Armada como secretario de la Casa de Su Majestad tras 22 años trabajando con el Rey.

Jose García Abad en su libro "Adolfo Suárez: Una tragedia griega." narra la salida de Armada de la siguiente manera:


Han transcendido tres incidentes que explican el cese. El primero se produce durante una audiencia del Rey a Suárez. Mientras espera que don Juan Carlos le reciba, encuentra en la sala de espera al secretario de la Casa, Armada, quien afea al Presidente su propósito de legalizar el divorcio. La conversación va subiendo de tono y en esas entra el Monarca, ante quien Armada continúa sin cortarse un pelo. Cuando Adolfo se queda a solas con el Rey, le hace notar que es intolerable que su secretario se inmiscuya, y con tan poco respeto, en sus responsabilidades como Jefe de Gobierno, por lo que se ve obligado a pedirle su cese inmediato. El Rey, sin embargo, va dando largas al asunto en espera de que Suárez reconsidere su actitud.

El segundo incidente tiene lugar con motivo de la legalización del Partido Comunista. Al día siguiente de la legalización el Rey convoca al Presidente, al jefe de la Casa, el marqués de Mondéjar, y al secretario general de la misma, Alfonso Armada. Éste, en tono desabrido, reprocha al presidente la forma en que se ha producido dicha legalización y le acusa de poner en peligro a la Corona. Según el periodista Manuel Soriano, Suárez puso firme a Armada recordando su condición de presidente.

La tercera confrontación, la gota que colmó el vaso, se produjo cuando Suárez interceptó una carta con el membrete de la Casa de su Majestad que Armada había enviando pidiendo el voto para su hijo, que se presentaba a las elecciones del 15 de Junio en las filas de Alianza Popular. Era un hecho muy grave, pues involucraba al Monarca en la contienda política. El presidente le llevo la misiva al Rey y éste no tuvo más remedio que despedirle.


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Lo único que han conocido en su vida

Extracto del discurso de Antonio García-Trevijano en Totana en Abril del 2007. Mi hermano me proporcionó esta joya:


Su pensamiento político, bibliografía e intervenciones en medios de comunicación pueden ser consultadas en:
http://antoniogarciatrevijano.com

Parece que ni siquiera llegamos a lo que denunciaba Salustio hace 2000 años: "Solo unos pocos prefieren la libertad. La mayoría no busca mas que buenos amos."

Sin bromas

"...Intocable o no, lo cierto es que la figura del monarca se ha abrillantado tanto con sidol que refulge y que, además de estar constitucionalmente por encima del bien y, dada su inviolabilidad, sobre todo del mal, lleva asociada una utilísima cortinilla, de manera que para lo inconveniente siempre se ha podido correr un tupido velo. Con la moneda al viento, siempre le sale cara: el Rey no fue impuesto por el dictador, sino que trajo la democracia; el Rey no se aseguró de que el golpe de Tejero fracasaba antes de lanzar su mensaje a las cinco de la madrugada, sino que lo abortó con mano de hierro; el Rey no se pasa más de dos meses al año de vacaciones públicas entre Mallorca y Baqueira sino que es un deportista; el Rey no dice cosas inadecuadas sino que se salta el protocolo por campechano y buena gente. Y así.

Salvo contadas excepciones, la Prensa jamás se ha cuestionado el papel del monarca porque a la Casa Real no le gustan las bromas, como bien saben los departamentos de publicidad de los medios. Hemos construido un mito en blanco y negro y con voz en off de Victoria Prego. Por cierto, ¿podría explicar alguien qué otro camino que no fuera la democracia plena tenía este país en 1975? ¿Acaso, entre la democracia y la monarquía feudal al estilo afgano, el Rey optó por la primera dada su pasión por la soberanía popular?"

Juan Carlos Escudier. El Confidencial.
http://www.elconfidencial.com/cache/2007/07/28/6_honor_borbones.html

Sin miedo a la verdad


"...Si, finalmente, Eduardo Serra abandona la política, guardará celosamente (es un hombre de exquisita prudencia) las claves de su nombramiento, aunque casi es un secreto a voces que, si se convirtió en ministro, fue por las presiones de la Casa Real, porque no contaba en absoluto en los planes de Aznar para diseñar su primer Gobierno. De hecho, varios dirigentes del PP llegaron a admitir que cuando Aznar visitó al Rey en el palacio de La Zarzuela, el 29 de abril de 1996, para comunicar al monarca la composición de su Gabinete, el designado para ocupar la cartera de Defensa era Rafael Arias-Salgado. Pero una oportuna sugerencia de Don Juan Carlos hizo que Aznar retocase apresuradamente sus planes para dar entrada a Serra...."
Jose L. Lobo - El Mundo. 28 de diciembre de 1999: http://www.elmundo.es/1999/12/28/espana/28N0051.html

"Hace escasos meses, con la formación del nuevo Gobierno de Aznar, Anguita insistía, pero sin dejar muy claro quién influía en quién. Es verdad que él no lo dijo, pero repitió una información periodística sobre el nombramiento de Eduardo Serra como ministro de Defensa. «Yo sólo digo, y póngalo así», ordenaba al entrevistador, «que en un diario se dice que el señor Aznar fue al palacio de la Zarzuela con el nombre del señor Arias Salgado para el Ministerio de Defensa y salió con el del señor Eduardo Serra». ¿Y qué le parece? «Me parece inquietante que Serra sea ministro. Es toda una explicación. No digo más». No era poco."
Rodolfo Serrano. El Pais. 22 de Septiembre de 1996: http://www.udel.edu/leipzig/texts1/ela22096.html

"... sobre esto hay una historia muy curiosa que salió publicada después. Se contó que, estando todavía Felipe González como presidente en funciones, Ráfael Arias-Salgado visitó al entonces ministro de Defensa, Gustavo Suárez Pertierra, y le hizo saber que Aznar iba a designarlo ministro de Defensa. Así que terminaron la conversación, Pertierra telefoneo a toda prisa a González para darle la noticia, porque todo el mundo sabía que Arias-Salgado era partidario de desclasificar los papeles del CESID. Entonces Felipe González llamó a Adolfo Suárez y lo convocó de urgencia a La Moncloa. Reunidos allí los dos, González le contó lo de Arias-Salgado y le pidio que hablara con el rey para impedir que ese hombre pudiera ser ministro, porque, si eso ocurría, podía ser un desastre para todos. Y Suárez habló con el rey, y el rey estuvo de acuerdo y llamó a Aznar, y Eduardo Serra fue nombrado ministro de Defensa en vez de Arias Salgado. Por supuesto no se desclasificaron los papeles del CESID.

Excuso decir que yo no participe en nada de aquello y, en consecuencia, no puedo certificarlo, pero ese relato de los hechos, implicando al rey, salió publicado y nadie emprendió acciones legales contra el autor, que era Jesús Cacho.
Siempre he pensado - y también se lo he oido decir a personas muy bien informadas - que una política de intervención en un Estado extranjero tan celoso de su soberanía como es Francia no la decide un ministro. Eso lo decide el Consejo de Seguridad Nacional. Y me contaron que había una grabación de una reunión del Consejo de Seguridad Nacional en la que se habló de eso. Y que Galindo tiene esa grabación. No puedo confirmarlo."

Promoción a Rey

Guillermo - El Mundo. 6 de Marzo de 2004